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Y DIJO David: Ésta es la casa del SEÑOR Dios, y este es el altar de la ofrenda quemada para Israel.
Después mandó David que se juntasen los extranjeros que esta­ban en la tierra de Israel, y seña­ló de ellos canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.
Asimismo aparejó David mucho hierro para la clavazón de las puertas, y para las junturas; y mucho latón sin peso, y madera de cedro sin cuenta.
Porque los Sidonios y Tirios habían traído a David madera de cedro innumerable.
Y dijo David: Salomón mi hijo es muchacho y tierno, y la casa que se ha de edificar al SEÑOR ha de ser magnífica por excelen­cia, para nombre y honra en todas las tierras; ahora pues yo le aparejaré lo necesario. Y preparó David antes de su muerte en grande abundancia.
Llamó entonces David a Salomón su hijo, y mandóle que edificase casa al SEÑOR Dios de Israel.
Y dijo David a Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve el edifi­car templo al nombre del SEÑOR mi Dios.
Mas vino a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: Tú has derra­mado mucha sangre, y has traído grandes guerras: no edificarás casa a mi nombre, porque has derramado mucha sangre en la tierra delante de mí:
He aquí, un hijo te nacerá, el cual será varón de reposo, por­que yo le daré quietud de todos sus enemigos en derredor; por tanto su nombre será Salomón; y yo daré paz y reposo sobre Israel en sus días:
10 Él edificará casa a mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el trono de su reino sobre Israel para siempre.
11 Ahora pues, hijo mío, sea con­tigo el SEÑOR, y seas prospera­do, y edifiques casa al SEÑOR tu Dios, como él ha dicho de ti.
12 Y el SEÑOR te dé entendi­miento y prudencia, y él te dé mandamientos para Israel; y que tú guardes la ley del SEÑOR tu Dios.
13 Entonces serás prosperado, si cuidares de poner por obra los estatutos y derechos que el SEÑOR mandó a Moisés para Israel. Esfuérzate pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.
14 He aquí, yo en mi estrechez he prevenido para la casa del SEÑOR cien mil talentos de oro, y un millar de millares de talen­tos de plata: no tiene peso el latón ni el hierro, porque es mucho. Asimismo he aprestado madera y piedra, a lo cual tú aña­dirás.
15 Tú tienes contigo muchos ofi­ciales, canteros, albañiles, y car­pinteros, y todo hombre experto en toda obra.
16 Del oro, de la plata, del latón, y del hierro, no hay número. Levántate pues, y a la obra; que el SEÑOR será contigo.
17 Asimismo mandó David a todos los principales de Israel que diesen ayuda a Salomón su hijo, diciendo:
18 ¿No es con vosotros el SEÑOR vuestro Dios, el cual os ha dado quietud de todas partes? porque él ha entregado en mi mano los moradores de la tierra, y la tierra ha sido sujetada delan­te del SEÑOR, y delante de su pueblo.
19 Poned, pues, ahora vuestros corazones y vuestras almas en buscar al SEÑOR vuestro Dios; y levantaos, y edificad el santua­rio del SEÑOR Dios, para traer el arca del pacto del SEÑOR, y los santos vasos de Dios, a la casa edificada al nombre del SEÑOR.