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1 Esta es una declaración fiel: “Si alguno aspira a ser un anciano, es un buen trabajo el que quiere hacer”. 2 Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar. 3 Debe abstenerse de emborracharse o ser violento, más bien debe ser manso y no debe buscar contienda o codiciar dinero. 4 Debe manejar bien su propia familia. Sus hijos deben respetar lo que él les ordena. 5 (Pues si un hombre no sabe manejar a su propia familia, ¿cómo podrá manejar la iglesia de Dios?) 6 No debe ser un creyente nuevo, pues en caso de volverse ególatra* O “se vuelve orgulloso y arrogante”. caerá bajo la misma condenación del diablo. 7 La gente que está fuera de la iglesia también debe hablar bien de él para que no traiga desgracia sobre sí mismo y caiga en la trampa del diablo.
8 Del mismo modo, los diáconos† “Diáconos”, palabra tomada directamente de la palabra griega “diakonos”, que significa siervo. deben ser respetables y no hipócritas. No deben ser adictos a la bebida, y no deben tratar de enriquecerse de manera deshonesta. 9 Deben apegarse a la verdad revelada sobre Dios, confiando en él con una conciencia pura. 10 Deben ser probados primero, y si no se halla en ellos ninguna falta, entonces permítanles servir como diáconos. 11 Sus esposas‡ “Sus esposas”: o sencillamente “mujeres”. también deben ser respetables. No deben andar difamando a las personas con chismes, y deben tener dominio propio y ser fieles en todo lo que hagan. 12 El diácono debe estar casado con una sola mujer, siendo buen administrador de sus hijos y sus hogares. 13 Los que sirven bien como diáconos adquieren una buena reputación y ganan mucha credibilidad en cuanto a su fe en Cristo Jesús.
14 Aunque espero verte pronto, te escribo sobre todas estas cosas para que 15 si me demoro sepas cómo deben comportarse las personas en la casa de Dios. Esta es la iglesia del Dios viviente, el pilar de apoyo de la verdad. 16 No hay duda alguna sobre ello: la verdad revelada sobre Dios es asombrosa. Él se nos fue dado a conocer en forma humana, fue vindicado por el Espíritu, visto por ángeles, declarado a las naciones, creído por el mundo, y recibido en gloria.